En el albergue de Islares estábamos cinco: una pareja, un ciclista y un guiri mayor (pelo cano, barba cana).
No he cruzado palabra más que con el ciclista. A la pareja me la he encontrado en el desvío hacia el monte, ellos cogían la ruta de la carretera.
A partir de ahí no he vuelto a ver peregrinos en todo el día.
He hecho fotos, bueno, postales. Todavía queda para hacer algo interesante.
También he perdido un calcetín que llevaba colgando por si se secaba.
El tiempo, estupendo, casi todo el día nublado y fresco.
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| Las flores siempre me llaman, y no evité la tentación al encontrarme esta cala |
Paré en Liendo: tortilla espectacular, con jamón york, queso y mayonesa.
Al llegar a Laredo era la hora de comer. Qué se le va a hacer (comer).
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| Chavales en una escuela de surf en la playa de Laredo |
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| A falta de producto nacional, las chicas de la oficina de turismo de Santoña, muy majas ellas, eran francesas. Espero que las anchoas sí que sean del terreno. |
Total, sigo por la playa hasta Santoña.
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| Desde el bar donde cené |
Se cena muy bien, aunque solo no se disfruta igual.
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