Día suave de sol, todo el tiempo nublado. Son 25kms que se toman con calma.
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De las ciudades queda la carroña en las salidas por las zonas industriales |
Salgo con Gabi y Hans, y después de la cuesta se unen Michael y Hanna. Hacemos un grupito tranquilo, cada uno a lo suyo.
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Hans, que resultó llamarse Klaus, el peregrino de pelo cano, barba cana con el que voy coincidiendo desde Islares |
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Después de tanto evitar que aparezcan los cables, merecen un espacio |
Ya tarde, a eso de las 11h, decidimos parar en un prado. Ponemos en común la comida y compartimos buen momento.
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De izquierda a derecha: Klaus, Hanna, Gabi y Michael |
Un par de kilómetros más tarde llegamos a Tabaza, un sitio miserable donde nos acogen como si fuéramos de la familia. Como dice Alejandro, menos es más.
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Tabaza. No sabré en realidad a cuento de qué tanto rótulo para un sitio donde poco hay (pero desborda amabilidad) |
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Salir de Gijón para entrar en Avilés, no tengo esperanzas de que el día mejore |
Bla, bla, ... de golpe en la catedral de Avilés, oyendo el órgano en la misa. Vamos a sellar las credenciales y empieza la magia: por ser peregrinos, y algunos de ellos alemanes, el cura da una voz al organista y pide que nos dedique algo. "Algo" es la Tocata y Fuga de Bach. Subimos a ver el órgano, sigue la música y terminamos cenando con Chema dentro de un tonel de sidra. Memorable.
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